La leyenda urbana está ahí y a todos nos ha pasado. Todos hemos vivido ese momento. En nuestras vacaciones de verano. En cualquier lugar turístico. En un viaje de trabajo. En un festival. En un intercambio. Si se trata de entablar una conversación en inglés, se nos traba la lengua. En cambio, con un par de cañas encima hablamos de todo y con soltura, es como que se nos da mejor. ¡Parece, de pronto, que las clases de inglés han dado su fruto, que por fin somos(y lo más importante, parecemos) bilingües! ¿Qué hay de cierto en ello? ¿Nos estamos comunicando mejor o solo estamos bajo los efectos del mundo color de rosa del juernes? ¿Tiene alguna base más que la sabiduría popular o es una excusa para ponerse ciego? Resolvemos esta duda existencial.
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¿Hablamos mejor inglés por ir bebidos o solo nos lo parece?
Mucha gente se puede sentir más confiada al hablar en otro idioma, pero, ¿es un efecto ilusorio?La ciencia ha llegado para resolver el dilema. Un grupo de investigadores de las Universidades de Maastricht y Liverpool y el King’s College de Londres han llegado a la conclusión que la capacidad de las personas bilingües para hablar un segundo idioma mejora después de haber consumido una dosis baja de bebidas alcohólicas. ¡Toma ya!
En el estudio publicado en la Revista de Psicofarmacología de SAGE Journals, bajo el l nombre de ¿Valentía holandesa? Efectos del consumo agudo de alcohol en las autoevaluaciones y en las calificaciones de observadores de habilidades en idiomas extranjeros , investigadores británicos y de los Países Bajos han concluido que «el consumo agudo de alcohol puede tener efectos beneficiosos en la pronunciación de un idioma extranjero en personas que han aprendido recientemente ese idioma».
Los investigadores utilizaron de muestra a 50 hablantes nativos de alemán que estudiaban holandés en la Universidad de Maastricht (Países Bajos) , a los que se les pidió que mantuvieran una conversación informal de dos minutos con un entrevistador en el idioma que estaban aprendiendo. Antes de esa charla, a la mitad se le daba agua para beber, mientras que a la otra mitad se le servía una bebida alcohólica. Las conversaciones fueron grabadas y luego calificadas por dos holandeses nativos que no sabían quiénes habían consumido alcohol y quiénes no.
A los participantes también se les pidió que puntuaran su propio rendimiento, en función de la fluidez con la que sentían que habían hablado. Lo más curioso es que el alcohol no tuvo efecto en estas autoevaluaciones, de modo que los que habían bebido cerveza no estaban más seguros ni satisfechos con su rendimiento que los que habían bebido agua. Sin embargo, no era eso lo que opinaban los nativos encargados de puntuar la conversación, ya que según ellos, los que bebieron la cerveza tuvieron mejor pronunciación que los que estaban completamente sobrios. En el estudio se puede leer «Los participantes que consumieron alcohol tuvieron calificaciones significativamente mejores en su habilidad con el idioma holandés por parte de los observadores. Concretamente, hicieron gala de mejor pronunciación en comparación con aquellos que no consumieron alcohol».
¿Nos hace efecto el alcohol o la idea que tenemos de el?
Eso sí, los investigadores también advierten de que estos efectos podrían revertirse completamente si se ingiriese demasiado alcohol, y aclaran que no es posible saber si el habla mejoró debido a los efectos biológicos o psicológicos de la cerveza. Es decir, no se sabe si realmente el alcohol les hizo efecto o lo que les hizo efecto fue la idea que tenían de que el alcohol mejoraría su manejo del idioma. Por ello, animan a otros científicos a realizar estudios similares, pero, esta vez, con un placebo en lugar de con una bebida espirituosa, «para desligar el impacto relativo de los efectos farmacológicos frente a la expectativa psicológica».
Lo sentimos mucho, pero realmente, el alcohol no da un superpoder para los idiomas y además, abusar de él es malo tanto para la salud como para la supuesta fluidez que quieras conseguir, porque como dicen los resultados del estudio, si te pasas hablarás mucho peor.
El alcohol no es la poción mágica de Astérix, pero te suelta la melena y eso ayuda
¿La solución para años de frustrado estudio es es beberse hasta el agua de los floreros? No, el alcohol no es la poción mágica de Astérix. Primero, hay que tener un nivel mínimo para que esto suceda. Y segundo, nuestro nivel no mejora por arte de magia, simplemente el poder desinhibidor del alcohol hace que nos vengamos arriba y que de repente, nuestro inglés supere el nivel medio en el que lo creíamos estancado.
Sin embargo, consumir una pequeña cantidad de alcohol podría ayudar a bajar el nivel de ansiedad que tenemos cuando hemos de hablar un idioma que no manejamos muy bien. A menudo no hablamos en inglés por vergüenza y por falta de práctica. Así que no, no es que hables mejor después de un gintonic, es que el alcohol reduce el miedo al ridículo, con lo cual tienes la sensación de hablar con fluidez. No hablas mejor gracias al alcohol, te sueltas más gracias a él. Aquí hay una auténtica lección a la hora de hablar inglés: debes confiar en ti. No hay personas negadas para los idiomas. Simplemente, es que estudiando gramática es difícil entender y hablar inglés, por no decir imposible. Cada vez que hemos intentado inglés ha ido mal. Y no confiamos en nosotros mismos.
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Por si deseas comprobarlo por ti mismo…
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