Aprender inglés en el extranjero es la mejor forma de dominar el idioma…O no.
Siempre se dice que la mejor manera de aprender un idioma es la inmersión lingüística. Es decir, dedicar un tiempo a viajar y vivir en un país nativo donde podamos aprender la lengua en origen. Generalmente, una estancia en un país anglosajón puede marcar la diferencia al aprender inglés, pero como no es oro todo lo que reluce, repasamos puntos a favor y en contra de irte al extranjero a aprender inglés.
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A favor de practicar inglés en el extranjero
Pro #1 Vives una experiencia vital
A veces para encontrarse a uno mismo hay que irse lejos. Cualquier estancia prolongada fuera de casa deja huella. Si te vas a aprender inglés al extranjero, vivirás cosas que no se pueden enseñar en un aula ni jamás aprenderías en unas clases de inglés, conocerás gente y disfrutarás de momentos únicos.
Aprender inglés para comunicarte en otro país va mucho más allá de saber ordenar comida en un restaurante, ubicar el transporte público más cercano o registrarte en un hotel. La verdadera importancia de aprender inglés en el extranjero es enriquecerte de la experiencia vital y poder convivir con personas que de otra forma no sería posible.
Además de como inmersión cultural, las estancias en el extranjero sirven sobre todo para reforzar el speaking (hablar) y el listening (escuchar), las dos habilidades que más suelen costar. Sin embargo, un idioma no es solo su vocabulario y sus estructuras. No es solo la lengua, sino todo lo que le rodea.
Es también todo lo que connotan sus palabras, las costumbres que reflejan, la historia y la cultura que hay detrás de ellas. Por ejemplo: que muchas lenguas del mundo no tengan una palabra como la española sobremesa dice mucho de cómo nos tomamos las comidas y las reuniones sociales en España. Aprender inglés en el extranjero te permite entender todo eso, porque en lugar de aprender definiciones, las vives.
Las «pequeñas diferencias»
En la película Pulp FictionVincent Vega le hablaba a Jules Winfield de las diferencias entre Europa y los EE.UU. y estaba fascinado por el hecho de que su “cuarto de libra con queso” se llamara “royal con queso”. Los idiomas abren fronteras y eso te da la posibilidad de acceder a un apasionante mundo de “pequeñas diferencias” pero también a una nueva forma de entender el mundo.
Cada idioma tiene imbricados los valores de la cultura que lo ha producido. Hay un experimento en el que se pedía a mujeres bilingües en japonés e inglés que terminaran la misma frase de forma en distintos idiomas, y los resultados eran muy distintos según el idioma en que se les pedía hacerlo. ¿Por qué? El inglés les conectaba con una cultura más librepensadora e individualista, pero el japonés les hacía primar el colectivo y ser más sacrificadas.
Según Alex Rawlings, un británico que habla 15 lenguas diferentes, cada idioma te da «un nuevo estilo de vida, un nuevo matiz de significados”. Es decir, el inglés puede abrirte puertas de un nuevo empleo, pero también las de un pub en el que descubrir una nueva forma de tomarse la vida (y la cerveza).
Pro #3 No tienes por qué ser un adolescente
Lo de aprender inglés en el extranjero se asocia con frecuencia a irse de Erasmus cuando estás en la universidad o apuntarse a un campamento de inglés cuando eres un adolescente. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, ya que cada vez se ofrecen cada vez más experiencias en el extranjero específicas para los alumnos de 40, 50 y 60.
Aprender un idioma es algo que se asocia a edades más tempranas, pero es perfectamente posible retomar el inglés o incluso empezar desde cero, pasada la cincuentena. Y, todo hay que decirlo, ya tienes cierta experiencia de vida que mejorará tus perspectivas y te hará disfrutar más de las cosas.
Conocer mundo siempre es bueno, ya sea con amigos o en familia. Estudiar y viajar solo da una independencia que hasta entonces no hayamos tenido oportunidad de experimentar, y esto puede llegar a ser realmente enriquecedor cuando se trata de madurez y crecimiento personal, ya que aprender inglés en el extranjero es cuestión de supervivencia.
Eso sí, hay que tener en cuenta que demás del esfuerzo extra que supone irse fuera y el precio que pueda acarrear, se unen las responsabilidades familiares y la falta de tiempo para hacer encajar al menos una o dos semanas dedicadas por completo a estudiar en otro país, algo que suena casi como un lujo. Y realmente no merece la pena irse menos de quince días.
Pro #4 Es un reto en el que aprendes y maduras
Si no entiendes lo que te dice el camarero probablemente termines teniendo algún susto con la cuenta o, en el peor de los casos, no comiendo. Si no sabes contarle a tu casero qué problema tienes, no lo solucionarás. Así que te tocará entender, hablar y… hacerte entender.
Todas las personas que regresan de un viaje de intercambio al extranjero o de vivir una temporada en otro país tienen algo en común: confían en sus habilidades para salir adelante. Algo tan simple como pedir comida en un restaurante o lavar la ropa representa un reto que tienes que superar.
Repetir estas pequeñas victorias en el día a día crean en ti la confianza necesaria para alcanzar y exceder tu potencial. Además de obligarte a practicar el idioma en tu día a día, serás consciente de tus capacidades y ganarás confianza en ti mismo. Es una forma de vivir unas vacaciones diferentes a la vez que desarrollas nuevas capacidades.
En contra de aprender inglés en el extranjero
Ahora bien, no todo es de color de rosa ahí fuera. Tu experiencia seguirá valiendo la pena como episodio vital. ¡No tenemos nada en contra de viajar! Sin embargo, si tu objetivo es aprender inglés, aquí tienes varias razones por las que en determinadas circunstancias, viajar al extranjero no termina de ser buena idea.
Contra #1 No todo el monte es orégano
Probablemente has estado estudiando con el inglés británico estándar, que no tiene por qué parecerse al norteamericano, al canadiense, al australiano o al irlandés, obviando otras muchas (¡muchísimas!) variables que hay en el mismo territorio británico. Elegir un lugar con un acento muy diferente al que te resulta más familiar puede retrasar tu progreso, complicarlo o… desencadenar el próximo punto.
Dependiendo del país que elijas como destino es posible que también experimentes un choque cultural muy fuerte. Diferentes costumbres, horarios… puede ser que el país no fuese como esperabas o que no estuvieses preparado. Por eso es importante la documentación previa.
Contra #2 Un entorno extranjero es estresante
Según el lingüista y educador Stephen Krashen, la única forma de adquirir una lengua y poder usarla es escuchándola. Su teoría es bastante sorprendente, pues choca de pleno con cómo nos han dicho que se aprenden los idiomas durante toda la vida.
Sus investigaciones demostraron que el listening no solo mejora la escucha como era de esperar, sino también la capacidad de hablar y escribir, por lo que permite progresar hasta 3 veces más rápido. Sin embargo, su teoría también defiende que el aprendizaje mediante listening debe producirse en un entorno relajado, sin presiones ni estrés. Y hablemos claro, aprender inglés en el extranjero no es precisamente relajante.
No todo el mundo será considerado contigo por el hecho de que no estás entendiendo al 100 % lo que te dicen. Quizá algunos ni se preocupen en facilitarte las cosas. Tu entorno no se adapta a ti y no tiene por qué ponértelo fácil. Es así de triste. Más bien eres tú quién se va a adaptar a él. Sin duda, como decíamos en el pro #3, aprenderás, pero quizá más de un nativo te pondrá contra las cuerdas. Si tienes el tiempo muy limitado, además, puede influir para mal en el aprendizaje.
Si antes decíamos que, seguramente, la gran ventaja de aprender inglés en el extranjero es el tener que espabilarse para hablarlo, sí o sí, desde el primer segundo, esto puede convertirse en un obstáculo para todas aquellas personas nerviosas o que se estresan fácilmente. Y ya te adelantamos una cosa; no solo extrañarás a tus amigos, sino que también, por increíble que te parezca, echarás de menos a tu familia.
Empezar de cero en otro país, sin apenas conocer nada de éste, puede suponer un duro reto, más de lo que te cuentan en las películas y las anécdotas de amigos que lo han vivido, porque está claro que solemos acordarnos más de lo bueno que de lo malo…
Contra #3 Es caro
Seamos sinceros, aprender inglés en el extranjero no es barato. En general, en muchos países anglosajones el nivel de vida es superior al de aquí y eso se traduce en que aprender inglés en ellos implique buscarse un trabajo o terminar desembolsando una suma de dinero francamente importante. A eso hay que sumar alojamiento, transporte, alquiler, el precio de un curso de inglés y sus materiales…Y todo lo demás, porque hay que tener en cuenta el sigthseeing.. ¿Quién se va a vivir a Londres para aprender inglés y no visita el Big Ben, el London Eye o el Madame Tussauds? Y lo más importante…los pubs ingleses.
Cabe señalar un dato en esta cuestión, y es que el gasto medio para aprender a hablar inglés en España supera la media mundial, ya que los españoles invertimos el doble de dinero que el resto del mundo para aprender lenguas extranjeras (con un promedio de más de mil trescientos euros por persona). ¡Pero qué barbaridad, duele con solo leerlo, ¿verdad?! Nuestro consejo es que si te vas a gastar ese dinero en cursos o clases, para eso mejor vete al extranjero. Si tienes la suerte de tener ese dinero, claro…
Aprender inglés en el extranjero, ¿sí o no?
¿Quieres irte? ¿Tienes dudas? El resumen es el siguiente: aprender inglés en el extranjero tiene sus pros y sus contras, pero ver mundo SIEMPRE vale la pena.
No hace falta un nivel mínimo de inglés para irte fuera, pero si se quieres aprovechar la experiencia los expertos recomiendan ir al menos con una base desde España, ya que no vas a poder estar todo el día sin hablar español. Por eso mismo, para encontrar el equilibrio, te recomendamos que antes de hacer tus maletas y embarcarte en un viaje seguramente inolvidable, pruebes tus dos primeros entrenamientos gratuitos con BrainLang y empieces a entrenar tu oído.
Nuestro método te aporta los mismos beneficios que un entorno immersivo como el que tendrías yéndote al extranjero, pero con audios adaptados a tu nivel para evitar pasarlo mal y todo ello por mucho, muchísimo menos, de lo que te costaría llenar el carro del super California.
Como aprender inglés en el extranjero es una experiencia increíble pero no siempre es posible, en BrainLang te proponemos una inmersión lingüística completa pero sin tener que salir de tu casa, arruinarte o tener que dejar tu vida por un tiempo.